martes, 18 de noviembre de 2014

tarde gris en Acho con los toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Decepcionaron los toros de la ganadería de Cesar Rincón en su presentación en Lima. Aunque bien presentados,  su juego no pudo ser peor. Lo extraño es que, durante la semana, un grupúsculo de personajes junto a unos nuevos seguidores no cesaron de echar barro a la ganadería peruana de Roberto Puga lidiada el último domingo por una serie de supuestos defectos que pudieron haber tenido, y los tuvo, pero lo cierto e irrefutable es que nos permitieron gozar de una gran tarde.

Todo lo contrario ocurrió ayer con toros bien presentados pero mansos, huidizos, sin fijeza, distraídos, descastados… ¿Qué dirán ahora estos señores que tanto dijeron y hablaron de mansedumbre del ganado de la semana anterior? ¿Se habrán dado cuenta de la diferencia? Lo que es seguro es que buscarán qué decir porque vimos con sorpresa como despedían a los toreros entre pitos. ¿A que venía el tema?  Simple y llanamente dicho, no entienden de toros, no entienden al toro, no entienden que en el toreo todo va en función del toro. Si no se entiende eso es imposible entender lo que ocurre en el ruedo. Muchos teóricos sin fundamento que se creen gurús de la tauromaquia con seguidores más ciegos que ellos. Lamentable.

Domingo 16 de Noviembre del 2014. Tarde soleada con ligero viento y tres cuartos de entrada. Se lidiaron cinco toros de la ganadería de Las Ventas del Espíritu Santo, propiedad de Cesar Rincón. Bien presentados pero mansos, de juego huido, sin entrega y descastados. Uno de la ganadería de Achuri Viejo que salió tras ser cambiado antirreglamentariamente el de la ganadería titular, sin clase y defendiéndose. Todos fueron pitados den el arrastre.

Finito de Córdoba (nazareno en terciopelo y oro): Dos pinchazos saliéndose de la suerte y estocada cuarteando, silencio. Estocada trasera, aplausos.
Miguel Ángel Perera (azul pavo y oro): Pinchazo, estocada trasera y tres descabellos, silencio. Estocada trasera, silencio.

Alejandro Talavante (lila y oro): Estocada desprendida trasera atravesada y  dos descabellos, silencio. Pinchazo, otro hondo y descabello, silencio.

Bien a caballo Rafael López y Miguel Ángel Muñoz. Con los palos, Valentín Luján y Dennis Castillo.

Cada cosa que se lee en la semana es a veces increíble. Iluminados que no pasan de cinco listos y unos pocos seguidores, menos ciegos que ellos, les dicen a ocho mil personas que lo que vieron no es real. En fin, como dijo el Guerra, “Hay gente pato”, allá los que quieren seguir al “Iluminado”. Esos mismos se despacharon ayer con sus matracas mientras se retiraban los toreros, de por sí  frustrados por no haber podido torear como seguramente hubieran soñado o pensado hacer. El que humildemente escribe y algo de esto sabe, les puede decir que faenas lucidas fueron imposibles de realizar con ninguno de los lidiados. Como repito, es mi humilde opinión, porque ya vi que esos teóricos iluminados que no saben ni como se coge una muleta y menos como hay que colocase delante de la cara del toro, depende de su condición. Lo tienen todo claro y hasta dan clases de ello sin siquiera hablar explicando mientras pasan un vídeo. Solamente al final se permiten dictar sentencias y pobre el que no les diga amén. Somos insultados y vejados. Si no me sigues, eres del clavel o mermelero. Hoy, sí que hablaremos  de mermelada…

Juan Serrano “Finito de Córdoba”, estuvo con ganas toda la tarde y lo intentó en ambos. Su primero fue distraído desde el capote aunque noble. Lo toreo estimablemente con el capote pero, conforme se desarrollaba la lidia, empeoraba la condición del burel. El mejor pitón del toro fue el derecho y por ese lado le ligó los mejores muletazos aunque sin redondear porque debía de corregir el sitio cada dos muletazos porque el toro se descolocaba. Intentó torear por el izquierdo, pero el toro se quedó muy corto por ese lado pese a intentar alargar los muletazos. Volvió al derecho y alargó su labor que fue protestada. Con el cuarto, Finito hizo el esfuerzo con un toro huido, manso y que buscó tablas. No se entregó en el capote y embistió con la cara alta, además de tender hacia los adentros. Con la muleta ligó una buena serie corta por la derecha que pareció que el animal podría pelear. Vana ilusión. En los siguientes intentos, Finito tuvo que ir siguiendo al toro  hacia tablas mientras daba muletazos de buen trazo y largos pero sin poder ligarlos.

Se esperaba al triunfador de la temporada española con mucha ilusión. La afición limeña sabe de la capacidad de Perera. Pero como todos los mortales, necesitaba un colaborador que le hiciera posible desarrollar su técnica para crear arte. Al menos uno que medianamente embistiera de verdad. Me permito decir que estuvo muy encima de sus dos oponentes, sacando muletazos largos y sentidos no exentos de empaque y de torería. Su primer toro no remató en ningún muletazo, quedándose corto. Perera le obligó a pasar aunque sin desarrollar el toreo fundamental. Redondos invertidos poniéndole la muleta prácticamente en la cara para provocarlo. Buenos momentos sin contundencia. Como para pretender tener algún premio. El quinto fue un toro descastado, sin terminar de rematar en ningún muletazo y sin movilidad. Las insistencias de Perera resultaron baldías.

Alejandro Talavante. Igual que sus compañeros, se estrelló con toros sin raza ni casta. Su primero buscó la querencia todo el tiempo. En la muleta embistió con la cara suelta, parándose, descastado, sin entregarse. Algún muletazo suelto dio Alejandro pero eso no fue suficiente para triunfar. Solo cabeía para que viéramos sus buenas intenciones. El sexto fue cambiado antirreglamentariamente por no embestir o embestir como un buey. Qué vergüenza tener en su camada algo como esto. Salió en su reemplazo uno de Achuri Viejo y nuevamente sentimos mucha preocupación porque este es el ganado que será lidiado en última de abono. Si bien no fue como el de hace dos semanas que desarrolló sentido, tuvo marcada querencia a tablas, sin clase para embestir, llevando la cara alta. Por más que su matador lo intentó fue imposible lograr al menos conjunción en su labor.

Fotos: María Taboada F.

 

 




 


 


 

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