Una tarde para el olvido, sin historia y con extrema pena y sin nada de gloria, fue la cuarta corrida de la Feria del Señor de los Milagros, "Corrida de la Prensa Taurina", celebrada ayer en la plaza de Acho, en la que actuaron el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y los matadores Julián López "El Juli" y Daniel Luque que poco lucimiento y merecimientos pudieron conseguir por culpa fundamentalmente del pésimo ganado lidiado, por lo que al final de la tarde el público asistente volvió a protestar con fuertes agravios contra la empresa organizadora del ciclo ferial y el trofeo del Círculo de Periodistas Taurinos del Perú, que premia al triunfador de la corrida, fue declarado desierto.
Con tres cuartos de entrada en los tendidos, se lidiaron reses de cinco ganaderías distintas, colombianas de Vista Hermosa (1º), Veracruz (3º y 5º), Juan Bernardo Caicedo (4º), San Esteban de Ovejas (2º) y peruana de San Simón (6º), que por lo visto en el ruedo, en realidad fue una "limpieza de corrales", impropios de una plaza de primera categoría como lo es Acho. Para los de a pie, desiguales de presentación, edad, anovillados (excepto el que hizo quinto), sin trapío, sospechosos de cuerna, mansos, que apenas se dejaron picar, y de nulo juego, por lo que todos fueron pitados en el arrastre. El salido en primer lugar de Vista Hermosa fue devuelto a los corrales por haber salido lesionado de ellos, corriéndose el turno para dar salida al anunciado como cuarto del mismo hiero. En reemplazo saltó en cuarto lugar un astados anunciado como de Juan Bernardo Caicedo pero que lucía un hierro distinto al usado por el ganadero colombiano
Pablo Hermoso de Mendoza se hizo de un apéndice del cuarto de la tarde en merito a su exposición en las suertes de rejones y banderillas que impresionaron y emocionaron al público. Antes, en el que abrió plaza agradeció palmas. El navarro estuvo por encima de su lote, mansos y que dieron escasas facilidades para el arte del rejoneo. Pero si de mérito se trata, es digno reconocer a la bien adiestrada cuadra de valientes caballos toreros que conduce el centauro, pero que en muchos pasajes de la lidia dejó que arrearan sus cabalgaduras, que de no haber estado los toros despuntados reglamentariamente hubieran recibido cornadas y alguno seguramente muerto.
"El Juli" en su primero busco con voluntad encontrar una gota en el pozo seco, toreando con corrección, poder y técnica, pero sin llegar a tener redondez la faena. Tras matar de estocada trasera y un descabello, escucho palmas. Pero en el único toro de la corrida no hizo el mismo intento, por las complicaciones que traía. El diestro se eximio de querer y buscar resolverlas, quitandoselo de encima apenas tomada la muleta, por lo que después de que fallara reiteradamente con la espada fue pitado por la concurrencia y en medio de estos pitos abandono la plaza.
Daniel Luque enfrento el lote de menor presentación, edad y trapío de la "ensalada de ganaderías" presentada, que apenas le dieron opciones de lucimiento. En ambos dejo detalles de su torería, consiguiendo algunas series meritorias por ambos pitones, rematadas con mando, pero que no fueron valoradas por los asistentes por la escasa presencia de sus oponentes. En su primero, que finalizó con su clásicas luquesinas y mató pronto, agradeció las palmas desde el tercio, y en el que cerró plaza, ante la indiferencia y poca importancia que le dieron los aficionados, fue silenciado.
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